Realizar una adecuada gestión de las finanzas personales es clave para evitar situaciones desagradables. Pero lastimosamente no todos tienen un buen comportamiento a la hora de administrar su dinero. No obstante, existen algunas estrategias para administrar sus recursos de manera saludable.
Para comprender, mejorar y dominar la administración de las finanzas personales se requiere un poco de tiempo. Es muy importante que las personas conozcan su real situación financiera para que puedan realizar una gestión eficaz de su dinero. A continuación una breve guía para ayudarlo a administrar su economía de la manera correcta.
1. Arme un presupuesto
El presupuesto ayudará a ver con claridad y total transparencia la situación financiera personal. Es un paso muy simple, solo busque una calculadora, papel y lápiz, o elabore una hoja de cálculo en Excel o similar. Será el primer paso si quiere eliminar deudas y comenzar a ahorrar para, por ejemplo, adquirir un automóvil o una vivienda, viajar, o incluso su jubilación.
Para comenzar, deberá comprender sus gastos y sus ingresos para administrar mejor su dinero.
2. Detalle sus egresos
Es muy fácil conocer si uno es desordenado o tiene todo claro. ¿Sabe realmente cuánto gasta al mes? Si lleva un presupuesto (como en el primer punto) seguro que sí, pero si es de esos que compra y ni siquiera guarda las facturas para revisarlas a fin de mes -aunque en Ecuador se emiten comprobantes electrónicos-, y en su lugar las lanza al tacho de basura, entonces tiene un pequeño gran problema.
Si quiere conocer sus gastos puede hacer lo siguiente durante un mes. Guarde sus facturas, recibos, notas de venta, revise sus estados de cuenta y sume todo esto. Algunos egresos posiblemente no tendrán ningún registro -las compras en la tienda, mercado o la panadería de barrio, por ejemplo-, pero en todo caso puede anotar estos gastos en una libreta o en su celular.
Cuando contabilice todos sus gastos fijos y variables podrá obtener un monto total, lo que le permitirá tener un panorama completo y saber cómo administrar sus gastos en el futuro.
3. Detalle sus ingresos
En este caso, si tiene ingresos fijos no habrá mayor problema. Pero el punto aquí será restarle a sus ingresos los gastos totales del mes. Si le arroja un número negativo, significa que gastó más de lo que ganó. De ser así lo mejor será reducir sus gastos hasta que el total llegue a cero.
Por el otro lado, si termina con un número positivo, significa que gastó menos de lo que ganó. Entonces podría aumentar sus pagos de alguna deuda o aumentar sus ahorros.
4. Consolide sus deudas
Es una realidad para la mayoría. Las deudas son un lastre, pero existen por diferentes motivos, muchas veces necesarios, como para adquirir bienes, el pago de estudios o salud; pero otras veces son creadas por situaciones innecesarias que pueden ser evitables. En todo caso lo mejor será tenerlas bajo control.
Revise si puede consolidar sus deudas en una sola. Por ejemplo, si tiene compromisos con tarjetas de crédito, préstamos de estudio, préstamos corrientes y otras deudas, consulte con su banco si puede unir todo esto y aplicar a un refinanciamiento. De esta manera tendrá una sola factura en lugar de pagos individuales y -en consecuencia- más control.
5. Gastos innecesarios
Los caprichos muchas veces son deliciosos. Es su dinero -siempre que sea en efectivo o tarjeta de débito, no así la de crédito- y tiene todo el derecho de, por ejemplo, desayunar con un capuchino, humita o un bolón de chicharrón y queso en esa popular cafetería. Pero ¿es necesario hacerlo todos los días?
En el caso del consumo de alimentos en la calle, es una realidad diaria para muchas personas debido a las varias actividades que pueden llegar a tener. Pero si tiene la oportunidad de levantarse unos minutos más temprano para desayunar en casa o preparar su almuerzo para llevar, hágalo.
Con la gran oferta gastronómica es complicado resistirse a la tentación. Quizá comprar -por ejemplo- un pastel de carne por $1,50 y un refresco por $0,50 para »picar» en la media mañana o a media tarde no será mucho al final del día. Pero tome en cuenta que a fin de mes serán $40, en el mejor de los casos, si es que solo lo hizo durante 20 días de labores. ¡$480 al año, solo en pasteles y cola! ¿Ya sabe lo que es el gasto hormiga?
Revise sus membresías, suscripciones y cuentas de algunos servicios por las que está pagando. Analice si realmente estos puntos son necesarios como para mantenerlos activos.
6. El 10% de ahorro
Una vez que haya pagado sus deudas grandes, o al menos que las tenga bajo control, puede empezara a armar un fondo de ahorro. Una buena estrategia es ubicar estos fondos en una cuenta bancaria de ahorros que no use para -por ejemplo- recibir su sueldo mensual. Sin embargo, algunos bancos disponen de opciones para bloquear una parte de dinero a modo de meta de ahorro, sin necesidad de tener dos cuentas; en este caso se sugiere consultar los pasos y beneficios a cada institución financiera.
Lo conveniente sería guardar al menos el 10% de todo lo que gana. Por ejemplo, si recibe un sueldo básico ($400), tendrá que guardar apenas $40 mensuales. Si lo hace por 12 meses y desde enero, para fin de año tendrá $480.
7. Invierta
Si logró ahorrar durante 12 meses y para entonces todavía no ve necesidad de utilizar esos fondos, podría invertirlos a plazo. Tenga en cuenta que si deja guardado su dinero en una cuenta de ahorro no le generará mayores intereses, pero si hace un depósito a fecha entonces tendrá una mayor rentabilidad.
Los bancos tienen diferentes tasas y monto mínimos para invertir. Los plazos generalmente van desde los 30 días. Mientras más sea el monto invertido y más tiempo deje el dinero guardado, más será la rentabilidad.
Es importante que consulte con su banco qué opciones tiene para retirar el dinero antes de que se cumpla el plazo, en caso de que se presenten causas de fuerza mayor, como accidentes o emergencias de salud.
8. Limite sus tarjetas de crédito
En la cinta cómica Confessions of a Shopaholic la protagonista Rebecca Bloomwood (Isla Fisher) congela su tarjeta de crédito, y lo hace de forma literal, para evitar gastos innecesarios. Pero además anula las otras varias tarjetas de crédito que tiene luego de ver cómo la suma de los saldos de todas estas le crearon una deuda que se tornó impagable. Pero esta ficción es una realidad que la viven muchas personas.
En todo caso no hay que »satanizar» a las tarjetas de crédito, ya que ayudan a adquirir bienes y pagar servicios de una manera práctica, sin tener que usar efectivo (aunque existen las tarjetas de débito) o cheques, y así otros beneficios. El problema surge cuando se piensa que la tarjeta de crédito significa un recurso propio y no un préstamo de una institución financiera que en algún momento se tendrá que cancelar.
Lo mejor es no tener más de dos tarjetas de crédito, y de estas usar solo una para pagos corrientes y la otra -de ser el caso- para pagos en diferido o tenerla reservada exclusivamente para emergencias. Tenga en cuenta su presupuesto, no comprometa con la tarjeta más del 50% de sus ingresos totales, y nunca difiera bienes perecederos como ropa o alimentos, aunque le ofrezcan varios meses de gracia o meses sin intereses